Atajando los días me ando
amando con miedo la vida
disfrutando como pinto los sueños
el mundo que me gusta
y siento
Deseando perderme en mi mar de nubes
tanto como temo extraviarme
no me presto a morir obediente
para darle gusto a la tierra que amo
sintiéndome tan lejos
de su ruina como de su gloria
Hoy día no me atrevo
apostar un ápice de mi bocado
por creerme menos aferrado a mi hacienda
que una liebre a su aire en su pradera corriendo
ni más libre que un pájaro silbando
en su jaula medio abierta.