Acostumbrado siempre a empezar de nuevo
cada lugar se convierte en una meta
Indagando caminos
que huyen del pasado
no puedo evitar escuchar
sollozos y pasos extraviados
que me hieren
voces torturadas por mil dudas
y sonrisas sin alma
Como puedo guardo indefenso
toda mi soledad
mientras contemplo
como las lágrimas vertidas
sólo me han servido de lamento
para cuando la pena
ya sea tan vieja que ni la arrastre
y el cansancio
se convierta en ruina de los años
para cuando la vejez rompa con el afecto
y los pasos se reconozcan
sobre su vuelta.
|