Dime tu nombre ahora
que aún nos queda un minuto.
Mirándome a los ojos
jura que no habrá olvido.
Yo necesito verte
llevándome en tu pecho,
saber a tu corazón
rehén de mis latidos.
Dime tu nombre ahora,
sólo quedan segundos.
Sé mía para siempre
cuando ya te hayas ido.
No, no partas sin decirme
tu nombre en el oído...
Desde lejos lo gritas
y el viento del camino
me lo roba y me quedo
sin tu nombre conmigo.
|