Me dicen que te has ido,
y yo te veo aún ahí,
tras tu mesa, sonriendo,
repartiendo contratos,
llenos de esperanza,
como cuando yo he venido.
Te llevaba mis bajas,
tú me dabas ánimo y cariño,
en tus ojos hay un guiño,
tu mano en mi mano,
y un abrazo infinito.
Lleno de ternura,
como yo lo necesito,
si con sonrisa desimulo,
mi miedo con todo sigilo.
Aún no me lo creo,
que tu hálito de vida,
ha dado el último respiro,
tu cuerpo entre nosotros,
y tu alma voló al infinito.
En tu partir veo mi vida,
es el espejo en que me miro,
un día similar será el mío,
vida llena de dolor y vacío,
y yo no tendré miedo al fin,
porque tantos que he amado,
allanaron mi camino.
|