Unas veces fue color de otoño,
otras le llamé vuelo de azor,
otras mi sabio amigo,
en silencio, secreto amor.
Bajo ramas de afecto me cobijaba,
sus acertados consejos escuchaba,
su protección sentía cercana,
alegría, y paz a mi alma daba.
No sabía él cuanto le necesitaba,
como valoraba su criterio,
sobre lo que yo hacia o pensaba,
sobre la vida, era luz que cegaba.
Se alejó cuando no esperaba,
se tornó lejanía, silencio,
por otra senda sé que caminaba,
ojala vaya ligero de equipaje,
su estancia jamás será olvidada.
|