Bebieron de tus ojos,
el agua de tus lagrimas,
las hojas de los árboles,
que te cobijaban del amor,
y la noche dibujaba,
las sombras de un silencio,
que llegaba como un suspiro,
a tu hondo corazón.
Entre la vida y la muerte,
triunfa el amor,
como la luz del sueño,
en las tinieblas,
como mi amado en mi corazón,
¡como en el cielo oscuro!
las estrellas, y su fulgor.
¡Amado!
Tu que me amas,
con la ardiente llama
de tu corazón,
tú que eres la vida,
la eterna palabra,
y mi inspiración,
luz de mis noches oscuras,
del silencio la huella,
y de tu abarazo, ¡el amor!
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