¡Yo te recuerdo!
bajo la atmósfera de la triste soledad,
que me hizo tantas veces llorar,
entre los páramos profundos del silencio.
¡Yo te recuerdo!
Como el cielo de los atardeceres,
de la florida y desprendida primavera,
como movimiento presuroso por el viento.
¡Yo te recuerdo!
Como la belleza intangible
de un sentimiento,
como una flor de pétalos de ensueño.
¡Yo te recuerdo!
Como la profunda hermosura del océano,
como la luz divina de alma.
¡Asi yo te recuerdo!
El ser humano
no sabe por qué nace,
ni por qué muere,
lo peor es que no sabe,
vivir en la vida,
ni morir ante la muerte.
|