Me dejaste morir, hiriendo mi alma,
con la discorde nota de la traición,
rompiendo los lazos del sentimiento,
dejando olvidado amistad y amor.
Ahora el recuerdo, amante y eterno,
me hiere a muerte en el corazón,
pensando en como nos entregamos,
con tanta dulzura y tanta pasión.
Y ahora busco el amor que me dejaste,
mirando en algún apartado rincón,
y casi sin mirarme a los ojos,
te fuiste rápido, me dijiste adiós.
Triste vago por los caminos,
que recorrimos juntos los dos,
aspectro soy sin tumba ni panteón,
en el lado oscuro de mi existencia,
resurge tu imagen y siento dolor.
Tambien tu perfume, llena el espacio,
fragante y profundo, como una flor,
amante y dulce, porque aún acaricia,
el lugar más oculto de mi corazón.
|