No pude ver mi reflejo,
en la parte agitada del rio,
solo fue posible verlo,
en las aguas tranquilas,
temblando de soledad y frio.
Sola ante la quietud,
frente al remanso sosegado,
mis ansias de amor y desamor,
su luz han encontrado.
La enfermedad de prisa de amar,
encierra un peligro mortal
para las arterias del espíritu,
que no fluyen gota a gota,
sino que no para de sangrar.
Resolver el conflicto del amor,
es preciso detenerse, serenarse,
si no hay sosiego, dificilmente
percibimos a nuestro Ser interior.
Aprender a disfrutar el presente,
de qué vale ver un lugar maravilloso,
si mi mente viaja a otra parte?
ai mi corazón no vibra, está ausente?
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