Envuelta aún por los aromas de tu cuerpo,
me servia un café, que tomé sorbo a sorbo,
cerrando mis ojos, reviviendo tus besos,
sumida en tu abrazo, aspiro tu aliento.
Brilla el sol, estamos somnolientos,
felices, gozosos de la entrega sin limite,
de revivir el amor, nuestro ansiado sueño,
colmándonos de ternura en hermoso juego.
Un adios precipitado, conocido, perverso,
no querer deshacernos de mordidos besos
de este aferrarnos uno al otro convexos
abriendo vacios y llenando huecos enteros.
Te necesito amor, con tu lujúria y tiento,
con esa pasión irrefrenada que desbordas
para desplegarme removiendo mis adentros
ser uno, diciendo juntos, te quiero.
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