Quisiera reir para tí,
amigo de mis días,
pero no es el tiempo,
tampoco te me aflijas.
Solo es un ¡ay!,
mientras curo mis heridas,
solo es un respiro,
luego vendrá mi alegría.
Porque no quiero
entristecerte, sino que
al mirarme sonrías,
ya no hay en mí, llanto,
porque pasa nueva brisa.
Porque tú estás a mi lado,
porque sin saber me animas,
leyendo tus cuatro frases,
dando hoy vida a la vida.
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