Noche de verano, noche mágica,
noche oscura, noche larga,
cielo desnudo de estrellas,
la luna le esconde su cara.
Son las cuatro de la madrugada,
ella no puede dormir,
se asoma a la ventana.
Piensa, gime en silencio,
una lágrima que escapa,
nadie osa mirarla.
En el silencio todo es simple,
el silencio todo lo acalla,
todo es sosiego, todo es calma.
Nunca habia oido el canto
del pájaro en la noche,
¡experiencia fantástica!.
Él le dice, limpia tu lágrima,
no ves que todos duermen,
no ven por donde pasa.
Pero en su cabeza danza,
le martillea la idea,
de esa frase que aplasta.
Tampoco importanta tanto,
solo la cogió por sorpresa,
simplemente no la esperaba.
La verdad se hace diáfana,
confirma la sospecha,
que no debe esperar nada.
Confirma la famosa frase,
que esté tranquila, viva,
no espere respuesta en ansia.
Entonces se pregunta,
¿por qué esperar cariño,
o darlo a la distancia?
Para aumentar el sufrimiento?
acaso el que tiene no basta?
mejor quédate donde estás,
y no digas ya más nada.
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