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¡Ay amor! ahí después de mí, siguen,
como siempre, los pájaros lindos
acurrucados, en invierno guarecidos,
en primavera con alegres trinos.
Permanece aquel paraje conocido,
al frente con su árbol, talado,
llegando a él por su árido camino,
viendo, arbustos, y el campo florecido.
Y llegué aquí, como algo equivocado,
al prado verde, al rio, a la huerta,
a la conocida dehesa, casi sin ganado,
a la casa madre, al roble de hace años.
No era yo, solo un simulacro a pedazos,
en la memoria veo aún el pozo blanco,
oigo el canto de las hojas al viento,
espero de los mios, verdaderos abrazos.
Ahí después de mi, siguió habiendo amor,
para borrar pronto, mis besos no besados,
yo vine a buscar fuerza, para no errar,
amando a destiempo, amores inadecuados.
Ahora, solo cuando yo quiero, amigo,
dime como siempre, casi sin voz,
sin oirte, por la distancia, separados,
siguen siendo, fuego y humo tus labios?
Tú que puedes, si quieres recuerda,
pero yo.. ya no más, creer en el amor?
sé que desde ahora iré muy despacio,
mi amor ahi, se exfixió sin lazos.
Me cansaste amor, no pude escalar tanto
para de ti entonces, poder atisbar algo,
mis cansados piés,de puntillas sin ruido,
al pasar ya todo, quedo van pisando.
Cavaste muy hondo el oscuro foso,
tal vez sin quererlo, sin pensarlo,
y yo al verlo, no pude evitarlo,
de tí amor mío, me alejé temblando.
Recorrí mucho camino contigo, soñando,
saltar la hondura, sin miedo,despacio,
me faltó poco, casi pude lograrlo,
flaqueraon mis fuerzas, sigo pensando.
El muro ante mi era, tan firme, alto,
luchar contra lo imposible? no más,
agotada de tanta dureza, ya cedo,
no podía alcanzarlo, me fuí volando.
Ahora ya libre de mi, en tu torre,
como son tus flechas y dardos?
por suerte solo percibo su silbido,
cuando lanzadas, me pasan rozando.
Pero ya no las temo, no las esquivo,
porque sé que no soy su blanco,
como son? atractivas, de colores,
para quien no conoce su daño?
O quizás estan despuntadas
de tanto que se han clavado?
después de tí, soy solo espacio,
camino por andar y desánimo.
Dijiste adios, de mármol fue tu mano,
tu mirada, como un clavo,
mi pié al huir, casi sin pensarlo,
sin ruido, se tornó de puro raso.
Ay!! mano que me acaricia,
sin piedad, castiga saludando,
torpe, mi pié, huye despavorido,
sin saber que va descalzo.
Recoge flechas, el espacio es ancho,
siempre para cruzarlo, de colores,
despuntada,de acero, es mortífera,
si alcanza, siempre hace daño.
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