Hace fro en la calle y en los cuartos.
Hace fro en la mesa sin palabras.
Cada espacio de la casa es un vaco.
Cada letra que derramo sabe a escarcha.
No hay ya lumbre que atice entre los leos.
Ni cenizas que vuelen madrugadas.
Se apagaron los rojos resplandores
que danzaban urdiendo salamandras.
Hay un fro que hiere las ventanas
buscando en la casa intimidades.
Hace fro en la calle y en los cuartos.
Hace fro y apenas nos miramos.
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