Hay un sueño de aromas
que camina la casa.
Hay susurro de aljibe
balanceando cadenas.
Hay bignonias que asoman
sus racimos rosados.
Hay recuerdos que bañan
las paredes amadas.
Y no puedo dejarte.
Ni venderte, ni darte.
Estás llena de ayeres
y de olvidos presentes.
Y no encuentro las risas.
Y el aroma de panes.
Y las ollas no bullen.
Y la pava no hierve.
Y yo muero de ganas
de volverte a la vida.
Sin verdín, sin rendijas.
Sin los rastros del ocre
salpicando los muros
devorando los marcos
estampando siluetas
donde el cuadro cabía.
Hoy abrí tus ventanas
y los goznes gemían.
Hoy abrí mis ventanas
porque quiero que vivas.
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