A veces tus silencios
me llenan de respuestas
y encuentro tus pantuflas
descalzando tu cuerpo.

A veces muy temprano
te acercas a mi alcoba
rondando mis pestañas
besando mis mejillas.

Te llevo en el recuerdo
de niña trasnochada
dormida entre tus brazos
camino de la cama.

Así casi sin verte
sintiéndote muy cerca
crecí sin despertarme
crecí más de la cuenta.


Y te traje los nietos.
Y disfruté tus juergas.
Y tu tiempo de ellos
y tu tiempo de abuelo
que envidié con ternura
con ternura de niña.

A veces te recuerdo
contándoles mis cuentos
y siento que la vida
nos regaló el recuerdo
del tiempo de tus brazos
de tus besos nocturnos
disfrutados ahora
con tardes de paseo
y mañanas de compras.

Papá te necesito
regálame tus cuentos
no quiero que este día
mi voz te suene a duelo
es que la vida es larga
sin tus sueños a vuelo.

Marta B. Carrillo