Soñé una cálida tarde de verano
que el Sol derretía mi ventana
y el paisaje entraba a borbotones
hasta borrar los muros de la casa.
Desperté inundada de temores
y agitada corrí los cortinados
y los cristales intactos me miraron
mientras un tibio nido de torcazas
acurrucaba polluelos en mi cama…