A veces el alma envejece.
Y llena los ojos de tristeza.
Y arruga los sueños de ilusiones
cual añejos papeles olvidados.
A veces el alma va muriendo.
Golpeada por los vientos.
Herida por los tiempos.
Y apenas lo sentimos.
A veces, tantas veces.
Nos duelen heridas en el alma
que labran saetas en la carne
hasta matar el cuerpo despiadadas.
A veces el alma tañe a gloria
Y hay espliegos en la sangre
Y hay jazmines en la tarde
Y hay amor para curarnos.
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