Se ahogaron en mis labios
mil te quiero.
Se estrellaron palabras
sin poesía.
Hoy me hiere enhebrar
letras marchitas.
Hoy me dicta el corazón
páginas muertas.
Es hora del discurso
final de este tormento.
Tormento de olvidos
sin lamento.
Tormento de esperas
sin reencuentro.
Hubo silencios
perlados de bostezos.
Hubo espacios compartidos
y un techo goteando soledades.
Hubo la nada
colmada de vacíos.
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