Hay un tierno latir a niño nuevo
caminando la calle y los altares.
Hay destellos de luz en la mirada
cuando el otro te abraza sin palabras.
Hay copas en la mesa que te espera
guardando tu sitio y tu llegada.
Hay aroma que enlaza de ternura
cada espacio secreto de la casa
poblando de magia los rincones
con gnomos de adviento en los portales.
Sabores que fluyen de las fuentes
sazonando de amor tiernos bocados.
Hay aroma a reencuentro en cada plato
y esperanza de Paz en los mortales.
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