Navego las calles sin destino
buscando en la fronda mil caminos.
Los trinos me dicen que es la tarde.
El viento que viene la borrasca.
Espirales de hojas que se elevan.
Los pájaros que buscan ya su nido.
Mi paso que fluye entre el follaje.
La prisa que empuja la tormenta.
Navego mis sueños gota a gota
inundada del bosque que me habita.
Chapoteando sin frío mis ideas.
Deshojando sin pétalos mi vida.
Espirales de luz que se diluyen
hundiéndose entre ramas y floresta.
Jugando a esconderse con la bruma.
Perdiéndose de a poco tras la puesta.
Me ciega el ocaso desde adentro.
Me abriga un manto de colores
que cierra el cielo en arco iris
telón de un crepúsculo de amores.
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