La sonrisa opera nuestro rostro.
Es herida feliz que lo ilumina.
Es arma eficaz contra los muchos
y patrimonio absoluto de los niños
que la obsequian desde el nido,
agradeciendo la caricia
o el néctar de las madres,
el beso y el abrazo feliz del primer paso.
Ese gesto amable de existencia,
se pierde en callejones doloridos
que tachonan nuestra vida.
Menos piensas,
más alegre te nos brindas.
La sonrisa nos tienta en los retratos.
La sonrisa es energía que nos libra
del viento del destino.
Nos compra alimento para el alma.
Tu sonrisa me abre una ruta de contento,
me dice que está en paz tu cofradía,
que me miras de profundo,
con la mística del sabio y del profeta,
bendiciendo mi encuentro con el tuyo.
Tu sonrisa es portal de bienvenida,
es consuelo, comprensión y picardía,
es maravilla de luz en mi existencia.
Tu sonrisa es la sonrisa de mis días.
|