Empecé joven, creía que escribir me hacía humano,
creía que las letras llegaban a tu corazón,
creían en un mundo de ensueño,
de felicidad y de amor.
Después de algún tiempo aun busco palabras
que se acomoden en tu corazón, aun creo en
el mismo Dios que no olvida, aun creo en el
silencio de un instante eterno.
Me miro al espejo y ya no veo el rostro de niño,
veo a un hombre que piensa donde esta ese
lugarcito donde se puede aún soñar,
donde se puede aun vivir.
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