Teniendo la oportunidad de quebrar la voz,
alzo un manojo de heridas y los transformo
en letras sangrantes que hablan solo de ti.
Teniendo en mis manos el revolver asesino
de la maldad, reclamo la palabra que se llevo
el mar y la frase que se llevo tu alma.
Teniendo la sencillez de un sonido hago
morir la prosa haciendo una maldición al
fracaso y sintiendo por última vez el odio.
|