En el silencio de un instante el otoño
retorno y volvió su cabeza la nada
para hacer de las escrituras una
novela que pierde su rumbo en la
mirada.
En el tenue palpitar de un color
la acuarela se trasformo en aire
y voló por las sombras dando un
toque de lluvia a los rostros que
miraban al cielo buscando paz.
En el pequeño desequilibrio de
los días el sol conjugo su luz con
el agua de un río para hacer el arco
iris más exacto en donde jugaban sueños
y realidad como compañeros de toda
la vida.
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