Soledad que acompaña miradas,
tentación permanente de estar
acompañando plegarias a sombras
escondidas bajo el abismo de sed.
Soledad que transita en sonidos,
sensación transeúnte de sueños
vividos en el infinito mundo fantástico
de verdades a medio decir.
Soledad que retumba en los oídos,
santuario para la congoja del cuerpo
que busca el calor añorado del
ocaso dormido en la historia.
|