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Por ahí anduve perdido deseando
desaparecer y buscando algún retazo de
un sueño ajeno a mi, camine con las
mismas ropas, la misma cara de tristeza y
el aroma inconfundible de la desolación,
pero nadie me tendió la mano y hasta hoy
solo la fe me sujeta de un hilo a la vida.
Entre escapes de la realidad y lagrimas
furtivas terminaba los días llenando mis
bolsillos de esperanzas sin saber que todo
era una fantasía y que mi verdad era
sufrir mi calvario en la casa que me vio
crear imágenes y amigos para jugar.
La conciencia para entonces era un
pedazo de nada y llenaba de sueños mi
mente para tratar de hacerlos realidad al
otro día, la ironía me miro a los ojos y me
dijo una verdad, que las cosas no
cambiarían con imaginar algo mejor para
mi mañana, que siempre seria yo y la
sonrisa prestada de un ave de paso en mi
vida.
Entre decisiones que no importaron
pues todo era lo que vivía y me dejaba
vivir las lagrimas vinieron de todas partes
y caí en un pozo de fondo oscuro y me
mantuve encerrado ahí para pensar en
todo, y en mi madre que quería algo mejor
para mi, ahí cuando las cosas mejoraran.
Pero hoy veo mi rostro y las cosas no
cambiaron estoy solo sin nadie, sin un
amigo, sin las respuestas de mi, con algo
que me dio Dios para hacer saber que
estoy aquí, escribir y enseñar un poquito
de todo a todos los que quieran.
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