Esa tarde dejaste el fuego
de tus labios en los míos
con la ternura de un beso.
Hiciste que viera un nuevo lugar
dentro de mí, un rinconcito
de amor, mi sitio especial
para entregar y recibir amor.
Siempre recordare tus besos,
tus caricias, tus ganas
de hacerme sentir completo,
hasta en mis sueños de cada noche.
Y cada noche prenderé una vela
blanca y mirare el cielo,
la luna y las estrellas
y dibujare tu rostro con ellas
y hablare con Dios por ti,
para permitirme soñar
eternamente prendido de tu mano.
Y así lograr al fin estar
juntos por siempre, volando
sin nada mas que el amor
que sentimos al estar juntos.
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