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Catorce de Febrero,
Día de San Valentín,
Cuando el amor es verdadero,
éste no conoce el fin.
Y así pienso que sea el nuestro
por eso me puse a escribir,
buscaba cualquier pretexto
para poderte decir:
Feliz Día de la Amistad,
¿Te extraña que así te lo diga?
Pero es que, en realidad,
tú sigues siendo mi amiga.
Feliz Día del Amor,
y eso es más importante,
porque aún tengo el honor
de que sigas siendo mi amante.
Feliz Día de los Enamorados,
pues nuestro amor es tan puro,
que si ya resistió el pasado,
con más razón el futuro.
Feliz Día de los Novios,
no, no estoy equivocado,
porque tú y yo somos novios
¡Aunque ya estemos casados!.
Por eso, enfrente de nuestros hijos,
refrendo mi juramento,
recordando lo que se dijo,
en aquél fugaz momento:
Yo, Pancho, te acepto a tí Mariana,
como legítima esposa...
¡Y no se ni cuantas cosas
dije aquella mañana!
Pero hoy, después de veinte años,
compruebo que fueron ciertas,
pues si estoy lejos, te extraño,
si estamos cerca me inquietas.
Por eso... ¡Brindo por San Valentín!
Y su catorce de febrero.
Por que nuestro amor, no tenga fin...
¡Que sea el más duradero!.
Brindo por nuestros dos hijos
(que también son mis amores),
porque permanezcan fijos,
su actitud y sus valores.
Brindo por los publicistas
a veces tan talentosos,
pero que perdieron de vista
el amor más hermoso.
¡Y sabes a cual me refiero!
por eso instituyamos gustosos:
el Catorce de febrero
como el Día de los Esposos.
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