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Destino cómplice compañero
redentor, e imparable de la vida,
recurrente visión experimental
caminante en oasis vacios.
Lecho esperanzado, impasible
amigo en largos caminos
silencio abominable
que acuchilla la razón.
Lluvia gris en ojos dormidos
en un halo frio y húmedo
profanando caminos secretos
en el sentir de los latidos.
Inexorable vuela el destino
en silentes días sin alba
de un amor secuestrado
en los recovecos del alma.
Tímido sol entre rotos del Cielo
silencio que aletarga y enmudece
entre jirones de nubes de invierno
yaciendo en el fraguar de los sueños
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