Triste soledad condena mis días
eterna andadura en solitario
amarga tristeza me persigue
ilusión suspendida, fuerzas de flaqueza.
En la oscuridad me abandono
cual niño en busca de cobijo
ocultando lágrimas perdidas
aquellas que no derramé...
y ahora me ahogan.
Vuelvo la mirada atrás
cuando en tus brazos me dormia
al susurro de tu dulce voz
envolvente y sutil melodía.
Lloro la ausencia de tu sonrisa
apagada en tus ojos de aceituna.
De tus abrazos y mil caricias
de tu gran amor, ahora invernando.
¡Dime amor!
¿Me has olvidado?.
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