Era un primaveral día
cuando cambiaste de rumbo
hacia mundos celestiales
donde te aguardan los tuyos.
Partiste con serenidad
sabiendo bien tu destino
con un cargamento de lujo
de evolución y sentidos.
En tu viaje llevabas
compañia de prestigio
flotando entre nubes y estrellas
con tu Ángel de testigo.
La transición te evocaba
los recuerdos ya vividos,
viéndolos con lucidez
a través de muchos lustros.
Tuviste entrada triunfal
en la gran Casa del Cielo
por almitas que te precedieron
y esperaban tu regreso.
Un gran jolgorio se organizó
entorno al recién llegado,
pues las almas generosas
vibran del mismo modo.
En la gran Casa te encuentras
en espera de mandatos
impartiendo conocimientos
para seguir evolucionando
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