Por lo alto de los montes
y por caminos nevados
vienen los Reyes contentos
a traernos los regalos.
¡Como rien, como juegan!,
benditos aquellos días
que fueron de mi niñez
mis más dichosos momentos.
Solo un año para mi
no tuvieron alegrías,
era yo muy pequeñin
y mi mamá se moria.
¡Dios mio!, le supliqué,
yo no quiero ni mis cuentos,
ni mis zapatillas,
solo quiero buen Señor
que tengas piedad ese día
y pongas buena a mi madre
qué es quien me da alegrías.
Y fue tan grande mi Dios,
y fue mi oración oida
que tuve buena a mi madre
que es lo que más queria
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