Nadie como tú
llena mi vida
de un continuo soñar,
llega a mi alma y me hace cantar.
Nadie como tú alimenta
el más tenue temblor
cuando dormida en mi lecho estoy
aguardando tu perdón.
La huella de tu adiós
dejó mi alma transida de dolor
sin saber por qué pasó
este amor que ya no está.
Fue maravilloso saber
que aunque partas
siempre estaré en tu recuerdo de hoy y de ayer,
marcado a fuego en tu corazón
la indeleble huella que nos unió.
mabel2111@ono.com
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