En el amor no hay distingos
de edad, colores, ni razas,
se ama solo porque
el corazón así lo reclama.
Lo que si es bien sabido
por las etapas que se pasa.
Al comienzo todo pasión,
más tarde total relajamiento
para dar de nuevo un paso
a conversar en silencio.
Este silencio no siempre
es consecuencia de hastío,
tal vez es la obligada costumbre
de mantenernos unidos.
Los años pasan veloces
y con ellos nuestros sueños
ya dormidos en el tiempo
de recuerdos tan lejanos.
Parece que fue ayer
cuando de novia vestía
con la ilusión en los ojos
y el temblor en las rodillas.
Ahora ya desde lejos
evoco aquellos años
con experiencias vividas
y los hijos que ya marcharon.
Si me paro a pensar
ésta vida es muy corta,
de ahí que viva anhelando
de nuevo enfrentarme a la Gloria.
mabel2111@ono.com
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