Era una noche estrellada,
la luna extendía su manto
mientras tú y yo de la mano
por la playa caminamos.
Tu mano enlazó mi talle
y me mirabas muy quedo
diciéndome con tus ojos
¡amor, cuanto te quiero!.
Siempre recordare
aquella noche calmada
cuando supe que te amaba
más allá de nuestro tiempo.
Un palpitar de emociones
en mi pecho se agolparon
sabiendo que de este sueño
despertaria muy pronto.
Mi pálpito no me engañó
y desperté llorando
cuando te alejaste de mi
a pesar de seguir amándonos.
Es triste amar y sentir.
Es triste amar y dejarlo
sabiendo muy en el fondo
que nunca lo olvidaremos.
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