Los recuerdos van pasando
como un torrente se agolpan
de aguas tormentosas unos,
y otros cargados de gloria.
Llega el momento del recuerdo
ya consumadas varias etapas:
me parece que fue ayer
cuando mis niños gateaban.
Aunque ya la juventud agoté
no por eso me arrepiento
de la vida que ahora vivo
llenita de sentimientos.
Ahora valoro más
las pequeñas cosas cotidianas,
tan pequeñas y sutiles
que antes ni me daba cuenta.
Me es grato comprobar
que mi vida ha dado un vuelco,
y un giro de muchos grados
que me llena de contento.
Me gusta sentir y vibrar,
llorar y reir al tiempo,
contemplar un atardecer
y los jardines al viento.
Con estos versos yo quiero
rendirle a la vida pleitesía,
pues con ella yo me siento
realizada día a día.
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