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Hoy encontré a Jesús,
cara a cara nos sentimos
en una comunión de paz y amor
Divina como el mismo Cielo.
No es fácil describir
lo que sentí en ese momento.
Fue un encuentro tan esperado
que mi frágil corazón
se llenó de sentimientos.
En mi garganta se ahogaban
los amores de otros tiempos
recordados y revividos
en un mundo de silencio.
¡Oh!, mi amado Jesús,
que gran dicha la del momento
cuando me dijiste que afinara mis oidos
para así poder escucharte.
Ya se Padre querido
que en la quietud he de hallarte
y en tu abrazo de silencio
fundirnos eternamente.
En esta Eternidad
quiero caminar Contigo
sabiendo que junto a Ti
encontrare mi camino,
donde tu Amor impalpable
me abraza y sueña conmigo
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