Te agradezco Señor
por ser mi amigo,
porque siempre conmigo
cantando estás.
El perfume de flores
armoniosos colores,
y el mar que murmura
Tú nombre invocan.
Escondido Tú estás
entre verdes montañas,
entre campos en fiesta
y el sol al brillar.
En la sombra que abriga,
en la brisa amiga
y en la fuente que corre
ligera y cantando.
Te agradezco tambien
porque en la alegría
y en el dolor, cada día
te puedo encontrar.
Cuando el dolor me consume
murmuro Tú nombre
y aunque sufriendo
yo puedo cantar.
Te agradezco Señor
por ser mi amigo,
porque siempre conmigo
cantando estás.
|