En una tarde de estio
cuando el sol lucia firme
fué cuando te conoci
disfrazado de ternura.
Tus enigmáticos ojos
del color de la aceituna
quedarón presos en mi
perturbando así mi vida
Con tu mirada profunda
y tu porte de seductor
obnubilaste mi mente
y anulaste mi decisión.
No sé que extraño elixir
me pusiste en los labios
dándome a probar un beberizo
a tus caprichos de niño.
Tras de mi anduviste tierno
dándome esperanzas falsas
de amores y juramentos
que atraparon a mi alma.
El compromiso de amor
apenas sin comprenderlo
dio paso a un sin vivir
de anhelos y desengaños.
En este caso la vida
me dio una buena lección,
amar sin ser amada
conlleva más de una decepción.
|