En cada amanecer siento tu vida,
en mis sueños tu cuerpo es mío,
eres la mano que acaricia
la piel que añoro.
Eres la alegría de las cascadas
y la niebla espesa
que empapa el alma
de infinitas nostalgias.
Bajo el manto bordado
estás tú alumbrando mi espacio
como el arco-iris
de hermosos colores.
Eres el fuego ardiente
que quema mi vida.
La esperanza última
de un alma marchitada
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