En la fuente de la vida
me sumerjo día a día
meciéndome en dispersas aguas
de sorpresas y delirios.
El lenguaje de los sueños
de nuevo llena mi vida
acunándome en su regazo
saciándome de hermosura.
En la misión de mi vida
me involucro conscientemente
apoyando a mis hermanos
que muy bien se lo merecen.
En ellos pongo mi amor,
y un hombro donde apoyarse
cuando la vorágine de la vida
les sacude incesantemente.
Me complace en gran manera
el servicio que les presto,
me siento reconfortada
del amor compartido.
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