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Llena de etapas está
la vida desde el comienzo,
primero inseguridad
mantenida de deseos.
Así transcurre una infancia
jalonada de ilusiones,
con los padres, los hermanos
y los amigos del "cole".
Casi sin darnos cuenta
llegamos al desarrollo.
Nos casamos, somos madres
y la vida vá cambiando.
Con la bendición de los hijos
llega una etapa muy bella,
ellos son la sucesión
y la culminación de toda ella.
Los niños crecen deprisa,
los padres miran a lo alto
agradeciéndole a Dios
tan maravilloso regalo.
Ya los hijos son adultos,
comienza una nueva etapa
formando un hogar nuevo
en común ya con su amada.
En ésta etapa los padres
saboreamos mas las gracias
de los hijos y las hijas
que felizmente se casan.
Llega otra nueva etapa
de madurez reposada
dónde disfrutamos embelesados
de los pequeños ángeles
que Dios Padre nos regala.
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