En este mundo de locos
andamos siempre con prisas
sin detenernos apenas
en el pobre que agoniza.
Absortos en nuestro mundo
pasamos de la pobreza.
Nos incordia que nos pidan
en la calle los hermanos.
Vamos de aqui para allá
de prisa siempre ocupados
sin mas meta, ni coraje
dejando atrás la nobleza.
Triste es vivir así
sólo consumismo necio
sin tener presente
que allí en lo "alto"
el dinero nada cuenta.
El egoismo es muy grande,
también lo es la avaricia
en poseer grandes haciendas
que a muy pocos beneficia.
De nada sirve el patrimonio
si descuidamos el alma.
El alma es la que prevalece
y la hacienda olvidada.
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