Divino Pastor
rescata las ovejillas
de mis pensamientos
perdidas en el desierto de la inquietud
y condúcelas al sagrado redil
de Tu Paz.
Pueda yo abrir mis ojos cerrados
por la incredulidad
y contemplar Tu Luz.
Luz que sana en un instante.
¡Oh!. Divino Pastor
pueda yo seguirte
allá donde estés,
y estás en todas partes.
Estas en la flor,
estas en el Sol,
estas en la sonrisa del niño
y en el caminar lento del anciano.
|