El miedo como un vestido mojado
se me pega al alma.
Si extenuada caigo en medio el camino
pedóname Señor.
Si mi corazón vacilara
un día ante el dolor,
perdóname Señor,
perdona por haberme detenido.
Sé que mis miedos son infundados
sé que Tu Mano me dirige cada día
la veo claramente
en cualquier indecisión mía.
Ante la duda veo tus mensajes
indicándome el camino
de Tu Verdad.
No permitas que mi incertidumbre me ciegue.
Llévame de tu mano y guíame
por el sendero recto a Tu Amor
|