te pierdes,
como evapora el rocío perfumado sobre el verde pasto de primavera
ante la salida de ese dios sol,
que de vida y color,
colma cada rincón de este planeta.
Me iluminas,
y luego te disuelves en el aire,
me consuelas,
mojando mis labios de tersura,
enamorando mis mas incrustadas astillas
para desaparecer en el vaivén de este péndulo
que algunos llaman destino
Comulgas con la incertidumbre
que habita en mis miedos,
te manifiestas en gemidos no expresados,
el silencio áspero y amargo
que deteriora mi paciencia.
No estoy diciendo que me canse el seguir aguardándote,
solo grito en mis palabras,
el sórdido clamor por tus ojos.
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