Dice un hombre, dice un hombre,
dice un hombre y un millón,
que hay que respetar el nombre,
y las leyes del Señor.
Dice un joven en su discurso,
miles afirman serenos.
Seguiremos ese curso,
de Jesús de Nazareno.
Guerras, violación y muertes.
Niños durmiendo en el suelo,
en ciudades tan pudientes,
¿eso dijo el Nazareno?
Dice un hombre, y un millón,
¡pero por favor, escucha!
Se alaba a Dios con acción,
parando guerras y luchas.
Entre todos los humanos,
que perdimos la noción,
pues todos somos hermanos,
y a su vez, hijos de Dios.
Decimos, todos decimos,
pero muy pocos hacemos.
Casi somos asesinos,
del curso, del Nazareno!!!
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