A la luz y a las estrellas.
A la dicha y la esperanza.
A la luna por ser bella,
¡gracias, gracias, muchas gracias!
A los árboles del monte,
A nuestra Tierra que sacia,
con su alimento a los hombres,
¡gracias, gracias, muchas gracias!
A Jesús de Nazareno,
que por su fe, crecen ansias,
de ser cada día más buenos,
¡gracias, gracias, muchas gracias!
Por esa fe inquebrantable,
que aún en plena desgracia,
con amor, viene a salvarme,
¡gracias, gracias, muchas gracias!
|