Un amigo mío, siempre me acompaña.
Conversa conmigo, me da su opinión.
Ese amigo mío, en mar o en montaña,
me trae con sus obras ¡linda inspiración!
Un amigo mío, me da sus consejos.
Reprende mis faltas, con tanta bondad,
que ese amigo mío ¡por nada lo dejo!
y El me dice siempre, no me dejará.
Ese amigo mío, si a obscura se encuentra
el fondo de mi alma, le ofrece la luz.
Ese amigo mío, me ajusta las cuentas,
sin gritos ni ofensas ¡tiene esa virtud!
Ese amigo mío en su corto nombre,
encierra la Gloria ¡a tal magnitud!
Que es el Salvador, de todos los hombres,
Nuestro gran Maestro ¡mi amigo Jesús!
|